El Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS) fue autorizado para ampliar sus poderes como agencia de aplicación de la ley, de acuerdo con una nueva regla final publicada por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS). Con esta medida, los oficiales clasificados como USCIS 1811 (agentes especiales) podrán investigar, arrestar y presentar ante la justicia a personas que violen las leyes migratorias del país.
Las nuevas facultades incluyen portar armas, ejecutar órdenes de arresto y cateo, y realizar detenciones directas, funciones que históricamente correspondían principalmente a agencias como ICE o Homeland Security Investigations (HSI). Según el DHS, esta reestructuración busca fortalecer la capacidad del gobierno para combatir el fraude migratorio, reforzar la seguridad nacional y agilizar procesos de remoción expedita de personas que intenten aprovechar vacíos del sistema.
El director de USCIS, Joseph B. Edlow, destacó que esta decisión “marca un momento histórico” que permitirá al organismo llevar casos de principio a fin, en lugar de remitirlos a ICE, lo que liberará recursos para que otras agencias se concentren en delitos transnacionales y deportaciones.
USCIS anunció que iniciará un proceso de reclutamiento y capacitación de agentes especiales para poner en marcha estas funciones en los próximos meses. La regla entrará en vigor 30 días después de su publicación en el Federal Register, consolidando el papel de la agencia como un actor clave en la aplicación de las leyes migratorias en Estados Unidos.
