El gobierno federal de Estados Unidos cumple más de una semana en cierre parcial tras el estancamiento en el Congreso, mientras el Senado intenta sin éxito aprobar propuestas de financiamiento temporal. Las iniciativas demócrata y republicana han sido rechazadas por falta de apoyo bipartidista, prolongando la incertidumbre sobre cuándo se reabrirán las agencias federales.
Mientras tanto, miles de familias militares enfrentan la posibilidad de no recibir su salario el 15 de octubre, ya que los republicanos en la Cámara de Representantes, liderados por Mike Johnson, se oponen a un proyecto independiente que garantice el pago de los soldados durante el cierre. En paralelo, el presidente Donald Trump generó polémica al sugerir que algunos empleados federales no deberían recibir salarios retroactivos cuando finalice el paro.
El impacto ya se siente en el país: aeropuertos con retrasos por falta de controladores aéreos, oficinas federales paralizadas y pérdidas millonarias en el sector turístico, estimadas en más de mil millones de dólares semanales, según la U.S. Travel Association. Los expertos advierten que, si no se alcanza un acuerdo pronto, las consecuencias económicas y sociales podrían intensificarse en los próximos días.