Alguna vez relegadas a cocinar o limpiar en albergues, pensiones y comedores, las mujeres de las comunidades costeras del Caribe de Venezuela se han ganado y exigen el respeto de los hombres con quienes ahora trabajan para pescar miles de libras de pescado al día.
Decenas de mujeres suben a diario a lanchas a lo largo de la costa para ir a pescar y alimentarse a sí mismas y a sus familias. Las mujeres se han unidos a una tradición familiar de pesca y, en algunos casos, inician nuevas carreras después de perder sus trabajos durante la crisis económica de Venezuela, ganando $8 después de un turno de 12 horas, por encima del salario mínimo mensual de $5 a nivel nacional.