Apenas la semana pasada, el fiscal especializado en delitos contra la vida en Baja California, Miguel Ángel Gaxiola, dijo que Duke, el perro inculpado como probable responsable de la muerte del niño Edwin Ángel en Tijuana, tenía los dientes limados, signo, supuestamente, de posibles conductas violentas.
Pero esto fue descartado por Juan Esteban Domínguez, jefe del centro de control animal en Tijuana, donde se encuentra bajo resguardo Duke y otro perro que tenía la familia, un antiguo pastor inglés.
Ni tenía los dientes limados ni pudo haber sido Duke el causante de las heridas en el cuerpo del menor, fue la opinión experta que dio el médico veterinario y que se integró a la investigación.
La salud de Duke es delicada, tiene varias enfermedades y las marcas en su cuerpo son un claro signo del maltrato que sufría.
Además de su estado físico, el comportamiento y carácter de Duke fueron evaluados; la conclusión fue que se trata de un perro que difícilmente atacaría a una persona.