Vecinos de Playas de Tijuana reportaron tres explosiones la noche del 15 de octubre de 2025 en el estacionamiento de la Unidad Antisecuestros de la Fiscalía de Baja California. Testimonios recabados en la zona describen “bombazos” consecutivos, detonaciones y disparos de contención mientras autoridades municipales y militares activaban un operativo y cerraban calles aledañas. En la Casa de la Cultura, ubicada a pocos metros, alumnos y personal escucharon las explosiones y se resguardaron.
La fiscal María Elena Andrade Ramírez calificó el hecho como un acto terrorista dirigido a la institución. Explicó que los artefactos explosivos eran hechizos: botellas de plástico con clavos, balines y fragmentos metálicos, trasladadas con drones y activadas con pólvora para expandir metralla al contacto con el suelo. La autoridad precisó que no se trató de bombas molotov. Se trata del primer ataque aéreo de este tipo en una zona densamente poblada de la ciudad, donde residen numerosos ciudadanos de origen estadounidense.
El suceso reaviva la preocupación vecinal por el riesgo que representa la ubicación de oficinas de seguridad en áreas habitacionales. Habitantes reportan un antecedente de agresiones en semanas recientes y piden evaluar su reubicación para prevenir daños colaterales. ¿Cómo fortalecer la seguridad pública y la protección civil en entornos donde conviven escuelas, centros culturales y dependencias de investigación?
Temas adicionales: Respuesta policial y militar en la zona; protocolos de resguardo para centros educativos y culturales; uso de drones por parte del crimen organizado; mapeo de riesgos en zonas habitacionales aledañas a instalaciones oficiales.
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