Los recientes ataques terroristas en Nueva Orleans y Las Vegas han generado una nueva ola de preocupación por la seguridad en instalaciones militares clave de los Estados Unidos, lo que ha motivado el reforzamiento de las medidas de seguridad en bases como Camp Pendleton y la Base Naval de San Diego. Según informaron las autoridades, se han implementado estrictos controles de acceso, lo que ha resultado en tiempos de espera más prolongados para los vehículos que ingresan a estas instalaciones.
Las inspecciones de seguridad se han intensificado, con una mayor presencia de personal de seguridad en los puntos de acceso y la implementación de controles de identidad al 100%. Además, se ha suspendido el programa Trusted Traveler, que permite a ciertos individuos con antecedentes verificados acceder más rápidamente a estas instalaciones. La suspensión de este programa ha generado preocupaciones entre quienes dependían de la rapidez del proceso, pero la medida responde a la necesidad de garantizar la máxima seguridad en el contexto de estos recientes ataques.
Las autoridades militares han subrayado que la seguridad nacional sigue siendo una prioridad y que las nuevas medidas son necesarias para prevenir incidentes similares. Aunque algunos usuarios han expresado incomodidad por los retrasos, las bases han asegurado que estas acciones son temporales y se aplican en el mejor interés de la seguridad de todos.