San Diego, California. – A partir del 26 de diciembre, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP) comenzará a tomar fotografías y registrar huellas dactilares de todos los no ciudadanos que ingresen o salgan del país por puertos fronterizos terrestres, incluidos titulares de visas, residentes permanentes, trabajadores temporales e incluso menores de edad.
Según la agencia, el programa busca prevenir fraudes de identidad y exceso de estadía de visas, fortaleciendo la seguridad fronteriza a través de tecnología biométrica. Los registros se aplicarán tanto en el ingreso como en la salida del territorio estadounidense y se integrarán en las bases de datos federales.
Expertos en inmigración han manifestado preocupaciones sobre el uso y almacenamiento de datos personales, señalando que la información podría conservarse hasta por 75 años y compartirse con agencias no especificadas.
También advierten que los sistemas de reconocimiento facial pueden presentar sesgos raciales y que algunos viajeros podrían enfrentar detenciones o revisiones adicionales al intentar salir del país.
La iniciativa ha desatado un debate sobre los límites de la vigilancia gubernamental y los derechos constitucionales de privacidad, especialmente en zonas fronterizas donde millones de personas cruzan cada año. Se prevé que organizaciones civiles y grupos de defensa migratoria presenten demandas legales para frenar o modificar la implementación del programa.










