Tijuana, B.C. — En medio del dolor por la reciente muerte del Papa Francisco, la Iglesia Católica en México ha reafirmado su compromiso con la construcción de la paz, sumándose a los esfuerzos del gobierno para reducir la violencia armada en una de las ciudades más peligrosas del país: Tijuana.
Este miércoles, el arzobispo Don Jaime acudió al Santuario de la Virgen de Guadalupe, ubicado en la Calle Segunda, para entregar un arma larga que utilizaba para cazar. “Un arma dejada en las manos de Dios es un homicidio menos en las calles”, expresó al depositarla en el centro de acopio del programa “Sí al desarme, sí a la paz”. En el mismo espacio, ciudadanos también entregan juguetes bélicos, que son intercambiados por juguetes educativos.
La gobernadora de Baja California, Marina del Pilar Ávila, reconoció que aunque los niveles de violencia siguen siendo altos, los índices de homicidios muestran una ligera disminución. “No estamos satisfechos, pero ahí están los números”, afirmó. El programa de desarme permanecerá vigente hasta el 8 de mayo, con la esperanza de transformar armas y símbolos de violencia en oportunidades para una comunidad más segura y unida.