Estados Unidos | El Departamento de Justicia de Estados Unidos (DOJ), junto con 16 fiscales generales, ha presentado una demanda contra Apple, acusando a la empresa de monopolizar el mercado de los smartphones a través de su ecosistema del iPhone, lo cual ha resultado en una “valoración astronómica” de la compañía en detrimento de consumidores, desarrolladores y fabricantes de teléfonos competidores.
La demanda sostiene que las prácticas anticompetitivas de Apple se extienden más allá de los negocios del iPhone y el Apple Watch, incluyendo la publicidad de Apple, su navegador, FaceTime y las ofertas de noticias.
Según el Departamento de Justicia, Apple ha llevado a cabo esfuerzos para mantener a los consumidores comprando iPhones, bloqueando aplicaciones de mensajería entre plataformas, limitando la compatibilidad de billeteras y relojes inteligentes de terceros, y obstaculizando programas fuera de la App Store y servicios de transmisión en la nube.
El proceso podría obligar a Apple a realizar cambios en algunos de sus negocios más valiosos, como el iPhone, que reportó ventas por más de 200 mil millones de dólares en 2023, el Apple Watch, que forma parte del negocio de wearables de 40 mil millones de dólares de la compañía, y su línea de servicios rentables, que informó 85 mil millones de dólares en ingresos.
El Fiscal General de EE. UU., Merrick Garland, ha declarado que el poder de monopolio se define como “el poder de controlar precios o excluir la competencia” y ha asegurado que Apple posee ese poder en el mercado de los smartphones. “Si no se impugna, Apple solo continuará fortaleciendo su monopolio en los smartphones”, afirmó Garland.
En respuesta, Apple ha expresado su desacuerdo con la premisa de la demanda y ha anunciado que se defenderá contra ella.
Un portavoz de Apple indicó que la demanda amenaza la esencia de Apple y los principios que diferencian a los productos de Apple en mercados altamente competitivos.
La compañía también advirtió que, de tener éxito, la demanda podría perjudicar su capacidad para crear la tecnología que la gente espera de Apple, donde hardware, software y servicios se intersectan, y sentaría un precedente peligroso al empoderar al gobierno para tener una mano pesada en el diseño de la tecnología de las personas.
La demanda es el resultado de años de investigaciones sobre las prácticas comerciales de Apple y sigue a dos casos anteriores del DOJ contra Apple: uno sobre los precios de los libros electrónicos y otro sobre alegaciones de que coludió con otras empresas de tecnología para deprimir salarios.
Este comportamiento anticompetitivo busca mantener el poder de monopolio de Apple mientras extrae la mayor cantidad de ingresos posible, según la denuncia.