El gobierno del Talibán, ordenó que todas las cabezas de los maniquíes en las tiendas fueran cubiertas con telas o bolsas.
Originalmente, el Talibán había ordenado que todos los maniquíes de damas fueran decapitados. Sin embargo, los vendedores de Kabul utilizaron la creatividad y taparon el rostro de todos sus maniquíes.
La economía ha sufrido las consecuencias del Talibán desde que llegó al poder, lo cual ha provocado pobreza en distintas comunidades. Aunque los vendedores utilicen su creatividad para poder vender sus productos, la población solo puede pensar en sobrevivir.