Con una votación histórica, el Reino Unido se suma a un selecto grupo de países que permite la muerte asistida para enfermos terminales
Gran Bretaña | Los legisladores británicos aprobaron la legalización de la muerte asistida, con 330 votos a favor y 275 en contra. La decisión, que llega tras años de campañas y un largo debate parlamentario, permitirá a los pacientes con enfermedades terminales y menos de seis meses de vida optar por poner fin a su sufrimiento bajo estrictas condiciones.
El proyecto de ley requiere que dos médicos y un juez del tribunal superior aprueben cada caso para garantizar que el paciente toma la decisión de forma autónoma y consciente. Esta normativa convierte a Gran Bretaña en uno de los pocos países que permite este procedimiento, uniéndose a Canadá, Nueva Zelanda, España, Australia y algunos estados de Estados Unidos.
La aprobación fue impulsada por figuras como Esther Rantzen, presentadora de la BBC con cáncer avanzado, quien calificó el actual marco legal como una condena al sufrimiento o a buscar alternativas en el extranjero.
Sin embargo, el tema dividió profundamente al Parlamento y generó un debate ético y religioso que marcó una semana tensa en Westminster. Los opositores expresaron preocupaciones sobre posibles abusos, fallos en las salvaguardas y la falta de tiempo para evaluar los detalles del proyecto.
Con esta votación, el Reino Unido da un paso hacia un enfoque más compasivo para los pacientes en etapas terminales, aunque el debate ético sobre la muerte asistida promete seguir siendo un tema central en el país.