Según datos de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades en Estados Unidos, el reciente aumento en casos y hospitalizaciones de COVID-19 en todo el país se atribuye al surgimiento de una nueva variante, la “EG.5”, que representa al momento, la mayor cantidad de infecciones de COVID en el país.
La variante fue detectada por primera vez en febrero de este año, pero la Organización Mundial de la Salud recientemente la agregó a su lista de variantes bajo observación y seguimiento.
En las últimas dos semanas, entre el 23 de julio y el 5 de agosto, esta variante fue responsable de más del 17% de todos los casos de COVID en Estados Unidos.
Una mutación adicional le permite a la EG.5 evadir la inmunidad más fácilmente que otros. Aunque ha mostrado ser más prevalente y transmisible, la variante no parece ser más grave que otras variantes previas, como indicó la OMS en un informe reciente.
Los síntomas de la nueva variante, según datos recopilados de la circulación global, han demostrado que reflejan en gran parte los mismos síntomas de otras infecciones de COVID-19. Estos síntomas incluyen fiebre o escalofríos, tos, falta de aire o dificultad para respirar, dolores musculares o corporales, dolor de cabeza, fatiga, pérdida del gusto o del olfato, dolor de garganta, congestión o secreción nasal, náuseas o vómitos, y diarrea.