Este martes, tanques israelíes avanzaron hacia el centro de Rafah, en el sur de la Franja de Gaza, mientras Irlanda, España y Noruega reconocían al Estado de Palestina. A pesar de la condena internacional y las advertencias de Estados Unidos, Israel continuó su ofensiva en la región, causando la muerte de al menos 16 palestinos. Según la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA), un millón de civiles han huido de Rafah debido a los intensos bombardeos y la escasez de recursos básicos.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, justificó la operación militar afirmando la necesidad de desmantelar a Hamas y rescatar a los rehenes capturados en un ataque previo. Sin embargo, la comunidad internacional, incluida la Corte Internacional de Justicia, ha instado a Israel a detener su ofensiva. La reciente acción militar en un campo de desplazados en Rafah, que dejó 45 muertos, ha sido particularmente condenada, con la ONU solicitando una investigación completa del incidente.
La situación en Rafah se agrava mientras las fuerzas israelíes continúan su campaña militar. La Casa Blanca y China han expresado su preocupación por la seguridad de los civiles, y Naciones Unidas ha denunciado las difíciles condiciones de vida en la zona afectada. La comunidad internacional sigue atenta a los desarrollos en la región, pidiendo medidas para proteger a los civiles atrapados en el conflicto.
