En las elecciones legislativas de Estados Unidos, los republicanos han logrado una victoria importante al asegurarse el control del Senado con al menos 52 escaños de los 100 disponibles. Este resultado fortalece al partido de Donald Trump, especialmente si logra retomar la presidencia en las elecciones presidenciales, ya que contaría con una ventaja significativa para avanzar en sus propuestas legislativas. En estas elecciones, se renovaron 34 escaños del Senado, con los republicanos ganando en estados tradicionalmente conservadores como Virginia Occidental y Montana.
El proceso de renovación de la Cámara de Representantes aún no ha concluido, ya que la lentitud del conteo en distritos competitivos, especialmente en California, puede llevar días o semanas. Los republicanos, que tienen una mayoría ajustada, buscan mantener el control, lo que facilitaría la aprobación de su agenda política, incluyendo las propuestas de Trump si regresa a la presidencia.
Estas elecciones son clave no solo para determinar el control del Congreso, sino también para medir la fuerza de cada partido en estados decisivos. Los demócratas han perdido escaños en áreas tradicionalmente republicanas, mientras que la atención está en estados “púrpura” como Pensilvania y Arizona, que son cruciales en elecciones legislativas y presidenciales. Aunque los republicanos han asegurado el control del Senado, la disputa por la Cámara de Representantes sigue siendo fundamental para la futura agenda política de EE.UU.