La visita del presidente de Estados Unidos al Reino Unido arrancó con una ceremonia de dimensiones extraordinarias en el Castillo de Windsor, donde fue recibido por el rey Carlos III, la reina Camila y los príncipes de Gales. Se trata de la segunda visita oficial del mandatario estadounidense al país europeo, tras la realizada en 2019.
El arribo de Trump estuvo marcado por un despliegue sin precedentes: 120 caballos y 1,300 miembros del ejército británico participaron en la recepción, acompañados de una salva de 41 cañonazos tanto en Windsor como en la Torre de Londres. Marine One, el helicóptero presidencial, aterrizó en el recinto real en medio de estrictas medidas de seguridad, con el mandatario y la primera dama Melania Trump escoltados hasta el encuentro con la familia real.
A pesar del carácter protocolario, la visita se desarrolló bajo la sombra de la polémica. Manifestantes se congregaron en calles cercanas con pancartas contra Trump, mientras que el colectivo Led by Donkeys proyectó imágenes del presidente junto al financiero caído en desgracia Jeffrey Epstein sobre una de las torres del castillo, hecho que terminó con cuatro detenidos.
Trump permanecerá dos noches en Windsor y cerrará su viaje en Chequers, residencia oficial campestre del primer ministro británico, Keir Starmer.
