Con la quema de las piñatas de Antony Blinken, secretario de estado de Estados Unidos y Marcelo Ebrard, secretario de relaciones exteriores de México, encargados de albergues para migrantes en Baja California, protestaron por el acuerdo entre estos países para deportar a venezolanos solicitantes de asilo en Estados Unidos directamente a territorio mexicano.
Para los activistas, la falta de una estrategia de atención a esta población que está llegando y seguirá aumentando en la frontera mexicana, creará una crisis porque los albergues para migrantes de las asociaciones están saturados y los del gobierno están alejados de las garitas y con reglas que las personas generalmente no quieren seguir.
Las deportaciones masivas, sin un plan de atención federal, lo único que provocan es que los migrantes se conviertan en blanco perfecto para los criminales y policías que buscan obtener dinero a través de ellos, relató José Luis Pérez Canchola, experto en fenómenos migratorios y de derechos humanos.
Mientras tanto, ciudadanos de origen venezolano siguen siendo deportados de Estados Unidos a territorio mexicano, a ciudades como Tijuana, a la que llegan sin conocerla y con un futuro incierto.
En caso de no obtener una respuesta o cambio de los gobiernos para la atención de los venezolanos en la frontera mexicana, los activistas dijeron que recurrirán al bloqueo de garitas como protesta.
