Tijuana – Erick Carrillo, padre del joven desaparecido hace cinco años, se encuentra a la espera de los resultados de ADN que podrían confirmar si los restos hallados en el fraccionamiento El Lago, en Tijuana, pertenecen a su hijo. Entre tristeza y alivio, Carrillo comparte su anhelo de cerrar un capítulo doloroso de su vida y cumplir las promesas que hizo cuando comenzó la búsqueda: retirarse de esta labor y terminar la casa que alguna vez soñó junto a su familia.
Erick Carrillo Jr., originario de Artesia, California, desapareció en junio de 2019 mientras trabajaba en una maquiladora en Los Ángeles. Junto con un amigo, fue visto por última vez antes de que ambos fueran privados de la libertad. El pasado 28 de noviembre, las autoridades localizaron restos humanos en una fosa clandestina, incluyendo la chamarra que Erick portaba el día de su desaparición.
El caso de Erick no solo impactó a su familia, sino que también dio origen a una organización que ha contribuido a localizar a más de 1,600 desaparecidos en Baja California. La vicepresidenta de la Fundación Erick Carrillo, Karla Benson, destacó cómo este trágico suceso unió a la familia y reveló la magnitud del problema en la región.
Emir Carrillo, hermano menor de Erick, recordó con cariño los sueños que compartían y cómo su hermano mayor lo motivó a terminar sus estudios.
El próximo 6 de diciembre se revelarán los resultados del análisis genético que podrían confirmar si los restos hallados corresponden a Erick Carrillo. Para su familia, esto representa una mezcla de alivio y dolor, pero también la posibilidad de cerrar un ciclo y continuar con sus vidas, marcadas para siempre por esta tragedia.
