San Diego | Este jueves, el Servicio Postal de los Estados Unidos (USPS) publicó su ranking anual de las ciudades con más ataques de perros a empleados postales durante el año, ubicando a San Diego en el sexto lugar con 41 ataques registrados.
Estas estadísticas se dieron a conocer antes del inicio de la Campaña Nacional de Concienciación sobre Mordeduras de Perro 2024 del USPS, que comienza el domingo y destaca los peligros que enfrentan los empleados postales al entregar el correo en zonas con residentes caninos.
Según el USPS, más de 5,800 empleados postales fueron atacados por perros el año pasado en todo Estados Unidos. En el ranking más reciente, San Diego ocupó el segundo lugar en ataques dentro de las ciudades de California.
Los Ángeles se ubicó en primer lugar con 65 ataques. Sacramento empató en el puesto 16 con 26 ataques reportados, mientras que Long Beach se situó en el puesto 20 con 19 incidentes.
California superó con creces a todos los demás estados, con un total de 727 ataques reportados el año pasado, un aumento respecto a los 675 registrados en 2022. Texas quedó en un distante segundo lugar, con 411 ataques reportados, un incremento frente a los 404 del año anterior.
Como parte de la Campaña Nacional de Concienciación sobre Mordeduras de Perro, el USPS estará promoviendo maneras en las que los dueños de perros pueden garantizar la seguridad de los carteros. El tema de la campaña es “No dejes que tu perro muerda la mano que te sirve”.
Los funcionarios del USPS instaron a los dueños de perros a mantener a sus animales dentro de la casa o detrás de una cerca cuando se acerque un cartero. También recomendaron mantener a los animales alejados de la puerta o en otra habitación, o con correa.
Además, se aconsejó a los dueños de mascotas que no permitan que sus hijos tomen el correo directamente de un cartero, ya que el perro podría ver al cartero como una amenaza para el niño.
El USPS señaló que los carteros están capacitados para responder a situaciones potencialmente amenazantes trabajando para evitar sorprender a un perro, nunca intentando acariciar o alimentar a un perro y nunca asumiendo que un perro no morderá.